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A lo largo de la vida, todos nos enfrentamos a decisiones que afectan directamente a nuestro patrimonio y a nuestras familias. Una de las más comunes es si conviene donar en vida o esperar a que los bienes se hereden. Ambas opciones tienen un propósito similar —transmitir un patrimonio—, pero sus implicaciones legales y fiscales son muy distintas. Conocer la diferencia entre donar y heredar le ayudará a tomar una decisión informada y evitar complicaciones futuras.

Donar en vida: una decisión inmediata

Cuando una persona dona un bien en vida, transfiere su propiedad de forma voluntaria y gratuita a otra persona.

La donación se formaliza ante notario, quien verifica que ambas partes entienden los efectos de su decisión y deja constancia en una escritura pública.

Donar permite ayudar o planificar el reparto del patrimonio con antelación, pero también implica asumir el pago de ciertos impuestos, tanto para quien dona como para quien recibe. Por ello, es fundamental recibir asesoramiento notarial antes de realizar el trámite.

Heredar: transmisión tras el fallecimiento

La herencia, en cambio, solo se produce tras el fallecimiento del titular de los bienes. Se rige por las disposiciones que éste haya dejado en su testamento o, en su defecto, por la ley.

En este caso, los herederos asumen los bienes y derechos, pero también las posibles deudas.

Por eso, la intervención del notario es esencial para tramitar la aceptación de la herencia y garantizar que el proceso se realice de forma segura y conforme a la normativa.

Asesórese antes de decidir

Si tiene dudas sobre la diferencia entre donar y heredar, en Notaría Nebrija le ayudaremos a estudiar su caso y elegir la opción más conveniente para usted y su familia.

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